La subida hacia La Caldera de los Marteles
Características generales: la reserva ofrece un paisaje montano de gran belleza con algunos elementos geomorfológicos destacados, como la caldera de los Marteles o el pitón fonolítico de roque Blanco, entre otros.
Todo el área ejerce un papel importante contribuyendo a mantener procesos ecológicos esenciales como la recarga hídrica del acuífero, alberga grandes cuencas de recepción como la de los barrancos de San Bartolomé, Tenteniguada, Temisas, etc., por lo que resulta un objetivo fundamental impedir la erosión en estas cabeceras mediante la protección de los suelos.
Cuenta con una amplia variedad de hábitats donde sobresalen los acebuchales y saucedas de la cabecera del barranco de los Cernícalos, y los abundantes farallones que hay por todo el espacio. Los acebuchales constituyen un pequeño reducto de una extensa masa arbustiva que en el pasado cubría buena parte del noroeste de la isla. En sus escarpes se concentra una alta biodiversidad vegetal endémica (sólo en los acantilados del Paso de la Plata se conocen más de 50 endemismos) de gran interés científico.
La subida hacia La Caldera de los MartelesLa Ruta del Tajinaste Azul
La ruta del tajinaste azul en flor es una de las rutas de senderismo más clásicas de la primavera grancanaria. Una ruta que no puedes dejar de hacer si quieres ver la floración de uno de los endemismos de este pequeño continente.
La estacionalidad de esta ruta la convierte en un hito para los senderistas cuando los rigores del inverno dejan paso a temperaturas más suaves y días soleados, que convierten a esta zona de la isla de Gran Canaria en una explosión de color y vida.
El Tajinaste azul o Echium Callithyrsum es un endemismo de la isla de Gran Canaria, que solo se reproduce en zonas de medianías, entre los 500 y 1500 msnm, en las laderas de la zona norte y noreste de la isla.
La Ruta del Barranco de los Cernícalos
El Barranco de Los Cernícalos es uno de los dos enclaves de la isla de Gran Canaria que puede presumir de tener agua corriendo durante todo el año. Se trata de un arroyo que tras las lluvias, como ocurre con todos, incrementa su caudal adquiriendo un carácter más vistoso gracias a los distintos saltos de agua que nos podemos ir encontrando.
No son saltos de gran envergadura pero tienen un gran encanto dado el carácter cerrado y angosto que tiene el barranco en la mayor parte del recorrido. La ruta aquí representada es más un paseo que otra cosa, ya que se hizo un día de lluvia intermitente, llegando hasta el doble salto que hay y que está marcado como "salto de agua 5". A partir de este punto el camino continúa un cierto tramo, volviéndose algo más peligroso y atractivo hasta alcanzar la última de las cascadas desde la que ya no hay salida.
Si bien lo he recorrido íntegramente en varias ocasiones, esta vez sólo llegamos hasta el doble salto, aunque continuar es bastante recomendable siempre que mantengamos las mínimas condiciones de seguridad.